viernes, 23 de julio de 2010




Una orilla y la otra.

Por Carlos E: Bojórquez Urzaiz.


Duele la ausencia de este suelo paterno, pero deseo la abundancia del mar . Nadie debe aplazar la encrucijada ni los enredos de la flor. Hablo de mi amasijo, de porciones antiguas rodeadas por el trajín y el fundamento. No es la marejada ni el aire. Es frijol y el mamey. Un gesto de mi oruga que se ensancha por demás.

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