martes, 2 de abril de 2013

Preludio


Por Carlos Bojórquez Urzaiz

Correo desde la Isla de la Dignidad es una obra que por la frescura de su contenido y su ordenación, en cinco partes lógicas, articuladas entre sí, pero conservando cada cual su autonomía, puede comenzarse a leer por donde uno desee puesto que bastará elegir una página al azar, y los temas, el ritmo y su profundidad, actuarán como lazos de seda para atrapar la atención del lector. Quien lo empieza tiene la opción de regresar sobre un mismo capítulo cualquier tarde de estas, sin perder el hilo de la lectura, sin prisas, pero ciertamente prendado del tema que seleccionó con anterioridad. En sus páginas se puede transitar entre las hondas reflexiones histórico-culturales de Cuba y sus figuras ejemplares, por los momentos culminantes o los entresijos de un protagonista fundamental de la Revolución cubana que estando presente en los acontecimientos culminantes de su Patria, relata testimonios valiosísimos cuya jerarquía bastaría para imprimir esta colección de artículos en un solo tomo, tal como se procedió.
En este sentido, Correo desde la Isla de la Dignidad es un libro generoso, muy bien escrito y mejor pensado, profundo y sencillo a un tiempo, por lo que resultará ilustrativo desde ángulo que se quiera mirar. Se trata, sin vacilación, de una pieza bibliográfica derivada de la intelectualidad brillante que lleva por nombre Armando Hart Dávalos, en complicidad con Eloísa Carreras Varona, una extraordinaria mujer que aporta su talento en porciones exactas en esta obra. En consecuencia, es un libro armónico, a dos manos, libro que proviene de un engranaje de amor y pensamiento entre el doctor Hart y Eloísa,  del que se ocupa en su prólogo, con natural discernimiento, la doctora Rita Buch, y que en unas líneas de presentación a mi cargo, breves cuanto modestas, menciono la suma de Mario Renato Menéndez Rodríguez a ese apretado tejido humano que a través de la páginas de Por Esto¡ fue brotando como una hermosa espiga de maíz. Hart y Menéndez, por su parte, se conocen bien desde muchos años atrás, pero en este proyecto, fraguado en el domicilio yucateco de Mario Renato, en el barrio de Itzimná, renuevan el antiguo anhelo compartido por ellos de servir a la juventud de América con algunas de las muchas cosas buenas que han aportado a lo largo de los años, cada cual desde la órbita de su acción.
Corría el mes de enero de 2008, no lo olvido fecha por lo que representó para los presentes, el recién establecido Día de la Identidad Latinoamericana y del Caribe; y sin más meritos que la amistad y el cariño que me profesan el doctor Hart y Eloísa, al igual que Menéndez y su esposa Alicia, me tocó la suerte de escuchar las particularidades del proyecto durante un almuerzo, un plan que contemplaba la publicación espaciada en las páginas de Por Esto¡ de la columna que dio título a esta obra, es decir, Correo desde la Isla de la Dignidad. Entre sus propósitos figuraba, como en efecto ocurrió, divulgar las reflexiones, los testimonios y las vivencias culturales de sus autores capaces de ayudar a la los lectores a ubicar los procesos históricos cubanos en el sitio paradigmático que le corresponde en nuestra América.
Aquella tarde trasladó mi pensamiento al mes de julio de  1889, época en la que José Martí escribió una hermosa carta a Rodolfo Menéndez, un prominente miembro de emigración cubana en Yucatán, y de quien desciende el Director General de Por Esto¡ donde señala que él advertía la existencia de un hilo misterioso que relacionaba a los cubanos patriotas de Yucatán con Cuba. Comprendí entonces que a ese vínculo ancestral se abrazaba la columna periódica de Hart y Eloísa, continuando una tradición de notas editoriales y noticias informativas que desde el siglo XIX fluye como vaso comunicante a través del Canal de Yucatán. Por allá hizo circular Menéndez de la Peña La Edad de Oro, por encargo expreso del Apóstol, y desde Nueva York llegaba también a las playas yucatecas el ideario de Martí en el Patria, que distribuía con puntualidad el gran maya Juanito Aké. Martí a su vez, colaboró en La Escuela Primaria, revista que editó durante 20 años Menéndez, de manera que la columna de Hart y Eloísa, se comenzó a leer con una naturalidad alumbrada por la tradición establecida por el propio Martí y los ancestros de Mario Menéndez que él, con su habitual entrega, ha continuado dignamente. Por cierto, deseo señalar que ningún periódico mexicano incluye tanta y tan clara información de Cuba como Por Esto¡, lo que origina que su edición electrónica sea buscada por lectores de otras latitudes. Esta circunstancia me fue dando la seguridad de que los artículos del doctor Hart y Eloísa tenían buena aceptación entre los lectores de todos aquellos lugares por donde circula Por Esto¡,. Sin embargo, permítanme precisar que este periódico no es de Mérida exclusivamente; cierto que en la capital del Estado de Yucatán es el más leído, pero en Quintana Roo, con ciudades grandes como Cancún, Chetumal y Playa del Carmen, también es líder en cuanto al número de lectores. En adición, me gustaría agregar que tengo la certeza, porque me he ocupado de medir la procedencia de los lectores, que los artículos del doctor Hart y Eloísa se leen a través de la edición electrónica de Por Esto¡ en diversos países. El domingo 13 de enero, por ejemplo, el doctor Hart publicó un interesante artículo en Unicornio, el semanario cultural del periódico, intitulado: Amar, pensar y actuar desde América Latina. De su recepción, el mismo día que vio la luz registré lectores procedentes de Arizona, Los Ángeles, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Cuba, y de 8 entidades de Yucatán, descartando a Mérida donde di por sentado su lectura dados los comentarios del texto que me hicieron algunos compañeros universitarios residentes en la capital yucateca. De esta manera, puede asegurarme que la columna del Hart y Eloísa goza de gran aceptación, ciertamente por el tino a la hora de elegir los temas y por la nitidez de la prosa con que los presentan.
La compilación de este ramillete de artículos sencillamente era necesaria, primero porque rescata materiales periodísticos cuya fatal naturaleza efímera, podía mantenerlos dispersos, salvo en los casos de las colecciones de amigos que los conservaron por la riqueza de su contenido y el prestigio de sus autores. Por otro lado, me parece que el libro posee valores históricos indispensables, puesto que muchas de sus páginas son testimoniales del doctor Hart quien con ellas nos va legando un importante patrimonio para América Latina. Puede incluso, llegar a ser un libro didáctico en materia de Humanidades, para la juventud del continente. Por eso cuando repasaba el prólogo que dispensó a la obra la doctora Rita Buch Sánchez,  comprendí la urgencia histórica con la que apunta que este libro se orienta a la juventud cubana, pues efectivamente la obra abona a favor de una de las tesis que conversamos durante tres días con el doctor Hart, acerca del necesario dialogo de las generaciones en Cuba. Pero no dudé ni un sólo momento, que el libro alcanzará resonancia en otros países como el mío, donde también los jóvenes requieren nutriese con su lectura. Y de hecho lo hacen a través de las páginas de Por Esto que se ven favorecidas con la pluma de estos extraordinarios autores.  No me resta sino agradecer al doctor Hart y a Eloísa, a mi entrañable amigo Mario Menéndez Rodríguez, porque la génesis de esta obra que seguí paso a paso, me permitió confirmar, como hiciera  Martí en el Prólogo al Poema del Niágara que “… no hay placer como este de saber de dónde proviene cada palabra que se usa y a cuánto alcanza…”  Muchas gracias.  

martes, 1 de noviembre de 2011

Primer aniversario

Casa de la Historia de la Educación


Por Carlos E. Bojórquez Urzaiz.

A pocos días de celebrar el primer año de su inauguración, La Casa de la Historia de la Educación ha logrado armonizar el rescate de archivos y objetos escolares de diferentes colegios, en muchos casos en desuso, con el propósito de promover un lugar donde el magisterio yucateco puede sentir que se reconoce la importancia de su labor docente, como hecho que renueva su identidad profesional. En cada lista de antiguos alumnos, en los retratos de sus festivales o en los trofeos deportivos, alojados y exhibidos en La Casa de la Historia, se pueden encontrar nombres de profesores, estudiantes y padres de familia que de no haber abierto sus puertas dicho local se mantendrían en el olvido.
Quien haya visitado las instalaciones de este recinto, funcional y bien dispuesto, quizás quede entusiasmado no sólo con la caligrafía elegantísima de don Rodolfo Menéndez, sino también con los documentos que registran la actitud generosa de profesoras como doña Ángela González de Menéndez, que con su salario adquiría los útiles escolares de las niñas mayas de Izamal. Allá podrán verse retratos de Agustín Franco vistiendo un overol en las marchas por el Día del Trabajo, del doctor Eduardo Urzaiz dictado una conferencia en la Escuela Normal, o las estampas de adolescentes humildes recibiendo sus diplomas en la Escuela Secundaria Cisneros Cámara o en la Carlos Marx de Progreso. 
 Fruto de las actividades impulsadas por este centro de historias educativas son, sin duda, las relaciones intrínsecas de los profesores que se acercan a ella, a conocer las labores de rescate, su catalogación y exposición en la pequeña galería, con las emociones que sienten por el sencillo reconocimiento al trabajo pedagógico de toda su vida. Hace apenas unas días, por ejemplo, la publicación de una semblanza en El Mensajero Escolar, dedicada al profesor Manuel Alcalá Martín, propició el acercamiento de las autoridades de la escuela primara Estatal N° 25, que solicitaron a La Casa de la Historia su intervención para recuperar y restaurar el busto de este ilustre maestro que permanecía relegado en el antiguo local de ese colegio, en la calle 52 por 43, y después de algunos trabajos se instaló, mediante emotiva ceremonia, en el nuevo local de ese colegio en un fraccionamiento del norte de la ciudad. Otros acercamientos han sido todavía más sentidos, como el caso del profesor Fidelio Quintal Martín que sin otro interés que no sea contribuir con la Historia de la Educación, donó su biblioteca personal a la Casa, que según ha comunicado el Secretario de Educación, será inaugurada precisamente el día 8 de noviembre próximo en las instalaciones del local que alberga el patrimonio educativo de Yucatán, adjunto a la Secundaría Agustín Vadillo Cicero.
        Y se eligió bien la fecha en que fue inaugurada ésta, ya que en el marco de los festejos del Centenario de la Revolución el doctor Raúl Godoy Montañez dispuso que La Casa de la Historia de la Educación abriera sus puertas en ocasión del natalicio de Felipe Carrillo Puerto. Su figura ha servido de inspiración para editar periódicos y numerosas obras de ilustres profesores yucatecos, cuyo pensamiento puede ser guía para la enseñanza en nuestros Estado. Carrillo Puerto igualmente ha sido el faro para darle rostro y nombres al edificio de la SEGEY donde, a instancia de un proyecto de la Casa, se edificó la Rotonda de los Maestros Ilustres que en su primer aniversario añadirá dos bustos de esta obra ideada por Reinaldo Bolio, con efigies de la profesora Ángela González de Menéndez y Agustín Franco. Felicidades por tan plausible tarea a favor del magisterio yucateco, favorecida por la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco. Enhorabuena a La Casa de la Historia de la Educación en su primer aniversario.







martes, 23 de agosto de 2011

Palabra alusivas


Ofrenda a José Martí


Por Carlos E. Bojórquez Urzaiz[1].



Los estudiosos de la obra y pensamiento de José Martí en México, y seguramente nuestros colegas cubanos también, elogiamos la decisión de los legisladores de Cuba y México de anticiparse con su hermosa ofrenda floral a las jornadas que cada 19 de mayo dedicamos en Mérida a la memoria de la caída en combate del Apóstol cubano, frente a este hermoso busto erigido por el Comité Pro Centenario de José Martí en el año de 1953, cuya directiva encabezó el médico guanabacoense Eduardo Urzaiz Rodríguez. Aplaudimos su ofrenda, además, porque en el ideario martiano la noción de unidad y cooperación que ahora se impulsa a partir del trabajo interparlamentario, Martí la describió en breves párrafos cuando aseveraba que:

·…El mundo no es una serie de actos, separados por catástrofes, sino un acto inmenso elaborado por una incesante obra de unión”

        Ponderamos entonces que la búsqueda de los factores que respalden la unión entre Cuba y México tenga lugar en esta ciudad, porque el propio Martí elogió su calor humano en ocasión de los funerales del poeta Alfredo Torroella en Guanabacoa, hacia 1878, escribiendo, que “Mérida es tierra de los ojos negros y jazmines blancos; (y) echa al mar playas de palmas para recibir a sus hermanos…” Y porque aquellos hermanos de Martí acogidos con cariño familiar, no eran otros que los Menéndez de la Peña, los Betancourt, los Recio, los Loret de Mola y tantísimos emigrados que en Yucatán se agruparon en clubes patrióticos y se integraron a la base social del Partido Revolucionario Cubano, fundado por Martí en marzo de 1892, para la independencia de su país. Estos mismos hermanos de Martí, fueron quienes se negaron a ratificar la validez de la Enmienda Platt, o a regresar a La Habana en 1902 por cuanto la república recién instaurada respondía poco, según argumentaron, al pensamiento republicano de Martí; y pasados unos años se sumaron a las gestas de la Revolución mexicana, a la que sirvieron cada cual desde la dignidad de su trinchera. Sus huellas imborrables están presentes en la educación pública de nuestro Estado, en la medicina y el periodismo, en el deporte y las artes, pero sobre todo en la inclinación perenne hacia conocimiento de la vida y obra de José Martí.
        Se escogió bien a Mérida para estos trabajos interparlamentarios, no sólo porque es la Ciudad de la Paz, lo que sin duda propicia el clima de concordia que en estos casos resulta indispensable, sino por la existencia de lazos de admiración y respeto que de antiguo se han cultivado entre cubanos y yucatecos, hasta el punto de haber integrado una suerte de patrimonio binacional, como la trova o algunos guisos locales, sin que nadie reclame derechos de origen. Todo es de todos, son como vasos comunicantes de una misma brisa que circunda nuestros mares.

        Quienes integraron el Comité Pro Centenario de José Martí en el año de 1953, que incluyó a varios de los patriotas avecinados en Mérida desde el siglo XIX, o a sus descendientes que conservaron vivas las tradiciones, tuvieron miradas de largo alcance al prefijar los caminos de la unidad entre Cuba y Mexico, con este busto y esta biblioteca dedicadas a Martí. Precisamente en el año 2009, cuando la UNESCO recomendó a los ministros de cultura de los países del área, reservar el día 30 de enero para la celebración del Día de la Identidad Latinoamericana y del Caribe, por haber sido la fecha en que se publicó en México el ensayo cenital de José Martí, Nuestra América; el Gobierno del Estado de Yucatán, a través del Instituto de Cultura que preside el querido amigo Renán Guillermo González, fue la primera entidad donde se celebró ese aniversario, ante la presencia de los doctores Armando Hart Dávalos, director de la Oficina del Programa Martiano de la República de Cuba y Pierre Sané, Director adjunto de la UNESCO.  No podía ser de otra manera, pues las tres estancias de José Martí en los años de 1875,1876 y 1877 fueron suficientes para que el apóstol compenetrara nuestra idiosincrasia y los yucatecos acalambran su obra poética y revolucionaria.

Al respecto, no quiero dejar pasar la ocasión sin mencionar que transcurridos unos meses, en julio de 2009, el admiradísimo poeta Cintio Vitier, a quien el doctor Ricardo Alarcón designó el apóstol del apóstol,” nos recomendó abrir todas las puertas del pensamiento en Yucatán, en enero de 2011, con motivo de los 120 años de la publicación de Nuestra América. Muchos de nosotros asistimos a las actividades previstas para enero de este año, aunque el gran Cintio Vitier falleció el 1º de octubre de 2009, dejando un vacio imposible de llenar no sólo en la poesía y los estudios martianos, sino en el ámbito del amor que profesaba por sus semejantes. Pero las semillas de la unidad y la concordia entre Cuba y México, como era de esperarse, en Yucatán florecen día tras día. Gracias legisladores de Cuba y México: que el ideario de José Martí inspire sus acuerdos con el mismo arrojo de armonía que los yucatecos y los cubanos hemos tejido nuestros afectos a lo largo de los años. Recuérdese que el propio Martí encarnó la armonía que existe entre nuestros pueblo, cuando escribió: “si yo no fuera cubano, quisiera ser mexicano.” Muchas gracias.

[1] .- Palabras leídas como orador invitado en la ofrenda flora al busto de José Martí en el Parque de las Américas, depositada por de los legisladores cubanos y mexicanos que toman parte en la a XII Reunión Interparlamentaria México Cuba.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Limas

El aire de una visión delirante me abultó sus yemas de reina e impregnó mi esperanza de aclarar a besos el apetito de tenerlas. Las burbujas de mis manos no fueron suficientes ni pude aliviar la fragilidad que aviva su abundancia de pepitas buenas.

lunes, 14 de febrero de 2011

Colmena

Recibí el polen reservado para un panal de abejas locales, pero la miel convirtió el desvío en palabras que brotaron como si se tratara de las notas de una balada necesaria. La ternura diseminó su luz fermentada y no apareció la efigie sino hasta lucir los botones encarnados que son la substancia del néctar y la espina..
Esta flor necesaria en días de nevar, asoma por el tragaluz. Luce sus pétalos como brazos en la cintura y porta fulgores en el escote, incluyendo los sabores del maíz distante que la define y la miel que se filtra sin término sobre la seda que arremete contra mis sentidos. Flor de locura para un amanecer congelado en el monte de pinos

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Flor en el monte de pinos

 

Esta flor necesaria en días de nevar, asoma en el tragaluz. Luce sus pétalos como brazos en la cintura y porta fulgores en el escote, incluye sabores del maíz distante que la define y la miel que se filtra sobre la seda que arremete mis sentidos. Flor de locura, para un amanecer congelado en el monte de pinos.