Por Carlos
Bojórquez Urzaiz
Correo desde
la Isla de la Dignidad es una obra que por la frescura de su contenido y su ordenación,
en cinco partes lógicas, articuladas entre sí, pero conservando cada cual su
autonomía, puede comenzarse a leer por donde uno desee puesto que bastará elegir
una página al azar, y los temas, el ritmo y su profundidad, actuarán como lazos
de seda para atrapar la atención del lector. Quien lo empieza tiene la opción
de regresar sobre un mismo capítulo cualquier tarde de estas, sin perder el
hilo de la lectura, sin prisas, pero ciertamente prendado del tema que seleccionó
con anterioridad. En sus páginas se puede transitar entre las hondas
reflexiones histórico-culturales de Cuba y sus figuras ejemplares, por los
momentos culminantes o los entresijos de un protagonista fundamental de la Revolución
cubana que estando presente en los acontecimientos culminantes de su Patria,
relata testimonios valiosísimos cuya jerarquía bastaría para imprimir esta
colección de artículos en un solo tomo, tal como se procedió.
En este
sentido, Correo
desde la Isla de la Dignidad es un libro generoso, muy bien
escrito y mejor pensado, profundo y sencillo a un tiempo, por lo que resultará ilustrativo
desde ángulo que se quiera mirar. Se trata, sin vacilación, de una pieza
bibliográfica derivada de la intelectualidad brillante que lleva por nombre
Armando Hart Dávalos, en complicidad con Eloísa
Carreras Varona, una extraordinaria mujer que aporta su talento en porciones
exactas en esta obra. En consecuencia, es un libro armónico, a dos manos, libro
que proviene de un engranaje de amor y pensamiento entre el doctor Hart y
Eloísa, del que se ocupa en su prólogo,
con natural discernimiento, la doctora Rita Buch, y que en unas líneas de
presentación a mi cargo, breves cuanto modestas, menciono la suma de Mario
Renato Menéndez Rodríguez a ese apretado tejido humano que a través de la
páginas de Por Esto¡ fue brotando como una hermosa espiga de maíz. Hart y
Menéndez, por su parte, se conocen bien desde muchos años atrás, pero en este
proyecto, fraguado en el domicilio yucateco de Mario Renato, en el barrio de
Itzimná, renuevan el antiguo anhelo compartido por ellos de servir a la
juventud de América con algunas de las muchas cosas buenas que han aportado a
lo largo de los años, cada cual desde la órbita de su acción.
Corría el mes
de enero de 2008, no lo olvido fecha por lo que representó para los presentes,
el recién establecido Día de la Identidad Latinoamericana y del Caribe; y sin
más meritos que la amistad y el cariño que me profesan el doctor Hart y Eloísa,
al igual que Menéndez y su esposa Alicia, me tocó la suerte de escuchar las particularidades
del proyecto durante un almuerzo, un plan que contemplaba la publicación
espaciada en las páginas de Por Esto¡ de la columna que dio
título a esta obra, es decir, Correo desde
la Isla de la Dignidad. Entre
sus propósitos figuraba, como en efecto ocurrió, divulgar las reflexiones, los
testimonios y las vivencias culturales de sus autores capaces de ayudar a la
los lectores a ubicar los procesos históricos cubanos en el sitio paradigmático
que le corresponde en nuestra América.
Aquella tarde trasladó mi
pensamiento al mes de julio de 1889,
época en la que José Martí escribió una hermosa carta a Rodolfo Menéndez, un
prominente miembro de emigración cubana en Yucatán, y de quien desciende el
Director General de Por Esto¡ donde señala que él advertía la existencia de un hilo
misterioso que relacionaba a los cubanos patriotas de Yucatán con Cuba.
Comprendí entonces que a ese vínculo ancestral se abrazaba la columna periódica
de Hart y Eloísa, continuando una tradición de notas editoriales y noticias informativas
que desde el siglo XIX fluye como vaso comunicante a través del Canal de
Yucatán. Por allá hizo circular Menéndez de la Peña La Edad de Oro, por
encargo expreso del Apóstol, y desde Nueva York llegaba también a las playas
yucatecas el ideario de Martí en el Patria, que distribuía con
puntualidad el gran maya Juanito Aké. Martí a su vez, colaboró en La
Escuela Primaria, revista que editó durante 20 años Menéndez, de manera
que la columna de Hart y Eloísa, se comenzó a leer con una naturalidad
alumbrada por la tradición establecida por el propio Martí y los ancestros de
Mario Menéndez que él, con su habitual entrega, ha continuado dignamente. Por
cierto, deseo señalar que ningún periódico mexicano incluye tanta y tan clara
información de Cuba como Por Esto¡, lo que origina que su
edición electrónica sea buscada por lectores de otras latitudes. Esta
circunstancia me fue dando la seguridad de que los artículos del doctor Hart y
Eloísa tenían buena aceptación entre los lectores de todos aquellos lugares por
donde circula Por Esto¡,. Sin embargo, permítanme precisar que este periódico
no es de Mérida exclusivamente; cierto que en la capital del Estado de Yucatán es
el más leído, pero en Quintana Roo, con ciudades grandes como Cancún, Chetumal
y Playa del Carmen, también es líder en cuanto al número de lectores. En
adición, me gustaría agregar que tengo la certeza, porque me he ocupado de
medir la procedencia de los lectores, que los artículos del doctor Hart y
Eloísa se leen a través de la edición electrónica de Por Esto¡ en diversos
países. El domingo 13 de enero, por ejemplo, el doctor Hart publicó un
interesante artículo en Unicornio, el semanario cultural del
periódico, intitulado: Amar, pensar y actuar desde América Latina.
De su recepción, el mismo día que vio la luz registré lectores procedentes de
Arizona, Los Ángeles, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Cuba, y de 8 entidades de
Yucatán, descartando a Mérida donde di por sentado su lectura dados los
comentarios del texto que me hicieron algunos compañeros universitarios
residentes en la capital yucateca. De esta manera, puede asegurarme que la
columna del Hart y Eloísa goza de gran aceptación, ciertamente por el tino a la
hora de elegir los temas y por la nitidez de la prosa con que los presentan.
La compilación
de este ramillete de artículos sencillamente era necesaria, primero porque
rescata materiales periodísticos cuya fatal naturaleza efímera, podía
mantenerlos dispersos, salvo en los casos de las colecciones de amigos que los
conservaron por la riqueza de su contenido y el prestigio de sus autores. Por
otro lado, me parece que el libro posee valores históricos indispensables,
puesto que muchas de sus páginas son testimoniales del doctor Hart quien con
ellas nos va legando un importante patrimonio para América Latina. Puede
incluso, llegar a ser un libro didáctico en materia de Humanidades, para la
juventud del continente. Por eso cuando repasaba el prólogo que dispensó a la
obra la doctora Rita Buch Sánchez, comprendí la urgencia histórica con la que
apunta que este libro se orienta a la juventud cubana, pues efectivamente la
obra abona a favor de una de las tesis que conversamos durante tres días con el
doctor Hart, acerca del necesario dialogo de las generaciones en Cuba. Pero no
dudé ni un sólo momento, que el libro alcanzará resonancia en otros países como
el mío, donde también los jóvenes requieren nutriese con su lectura. Y de hecho
lo hacen a través de las páginas de Por Esto que se ven favorecidas con
la pluma de estos extraordinarios autores. No me resta sino agradecer al doctor Hart y a
Eloísa, a mi entrañable amigo Mario Menéndez Rodríguez, porque la génesis de
esta obra que seguí paso a paso, me permitió confirmar, como hiciera Martí en el Prólogo al Poema del Niágara
que “… no hay placer como este de saber
de dónde proviene cada palabra que se usa y a cuánto alcanza…” Muchas gracias.