Ausencia de una estrella.
Por Carlos E. Bojórquez Urzaiz
Asomaba de noche pero no eran sino destellos de una colmena. Sin miel en el bálsamo, la tarde precisó fecundar las semillas en un frasco de esperma. Aleteaba abrazando el enjambre, volaba sin la oscuridad ni el fulgor que se requiere, reposaba en la corona del monte, y era la mismísima abeja, ni más ni menos.
El sur
Rosa de los Vientos que apuntas al Sur, dime: ¿Cuándo alumbra la alborada sin acariciar las semillas de olvido?
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