Los pájaros no ahogan su vuelo sin el sol,
desandan el horizonte,
se posan en las ramas de un árbol de mangos precioso,
hasta redimirse con la luz de las frutas brillantes.
Por fin la distancia disminuye, encauso la brisa,
abrazo el bálsamo.
Esta es mi almendra.
Carlos E. Bojórquez Urzaiz
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