Virtud y amistad
Por Carlos E. Bojórquez Urzaiz.
Resguardarme de la lluvia entre las juncos que surcaban de pies a cabeza, quizás aligeró las aristas de una muchacha que pasaba frente a casa. La vi florecer como un limón que madura, que acopia jugos de la tierra, a fuerza de sol y goteo que sin apuro deviene fuente, lo que me infundió deseos de brindarle abrigo. A través de la tarde llegó mojada al cobertizo, y con gracia incomparable me presentó a su perro obediente, afelpado y bello. La bondad remedió mis reflejos porque su frescura no era sino pendón de su virtud mayor.
1 comentario:
Que grande, cuanta enseñanza y razon deja "Goteros de letras".
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