sábado, 14 de febrero de 2009

Letras yucatecas


El tal Gómez Chi y su novela.



Por Carlos E. Bojórquez Urzaiz.


Esta nota resulta de un primer acercamiento al libro El Delirio de un Alebrije, de Rafael Gómez Chi, a través de aquella vieja preocupación de Camila Henríquez Ureña quien clamaba por la lectura impresionista, cuya práctica se traduce en el gusto personal por una obra y su autor, que en el caso de la novela de este periodista, apreciado por su sencillez y por la negación que hace de cualquier ínfula intelectual, se sabe que le bastaría un saludo fraterno por haber trasladado con éxito sus vivencias de reportero al complejo arte de la narrativa. En este sentido, déjese de lado la tentación de la llamada crítica incisiva, y colóquese a Gómez Chi en medio de una hermosa tradición latinoamericana en la que los periodistas devienen novelistas, que en Gabriel García Márquez, guardando las proporciones del caso, se tiene el más alto ejemplo. De cualquier manera, el lector avezado puede ir al siglo XIX y revisar un índice de escritores que vivían del periodismo, con lo cual se obtendrá una característica adicional para describir el modernismo.
El Delirio de un Alebrije no es sin embargo el primer asomo de Rafael Gómez Chi al ámbito de la literatura, ni se trata de un reportero sin formación profesional, ya que además de habernos obsequiado hace menos de una año un interesante estudio sobre la narrativa de Joaquín Bestard, cuya calidad le mereció la obtención de un grado académico en nuestra Alma Mater, donde cursó la carrera de Lingüística y Literatura, posee un marcado gusto por la lectura de novelas que varias veces he buscado con él y con Cecilia en librerías de viejo, o que me solicita comprar cuando realizo algún viaje. Y quizás por influjos del entusiasmo que me ha causado la novela de este buen amigo, el jueves 12 de febrero asistí a su presentación en la Sala de Arte del Teatro Mérida, a cargo del escritor Conrado Roche Reyes y del joven novelista yucateco Juan Esteban Chávez Trava, ambos integrantes de la Red Literaria de Sureste. Sinceramente hoy no sabría decir bien qué me agradó más, si la lectura del libro o su presentación a través de una especie de anti-ceremonia literaria presidida por Renán Guillermo, director general del Instituto de Cultura de Yucatán.
Acostumbrados a que en Mérida las presentaciones literarias eran hasta hace poco actos de élite, ésta sin duda fue anuncio de los nuevos aires culturales que priman en los eventos organizados por el ICY. Primero por el número y variedad de asistentes, incluidos aquellos que se mantuvieron de pie en la sala durante más de una hora; segundo por la mordacidad de los comentarios de Conrado Roche que fueron coronados por una hermosa lectura dramatizada de Chávez Trava cuya realización mereció el aplauso más prolongado que haya oído que se le tribute al presentador de un libro. Por ello, en varios sentidos deben las letras yucatecas sentir gratitud por Gómez Chi, quien sin prejuicio alguno escribe como habla la gente en las calles de Mérida o de su San Telmo, lo cual contribuye a fijar un paradigma en la narrativa local, y porque además en lo adelante se espera que las presentaciones de libros se despojen del glamur que caracterizó los selectivos actos literarios padecidos por los yucatecos durante seis años, y de los que orgullosamente puedo decir que con Gómez Chi, Roche Reyes y otros compañeros fuimos excluidos. En hora buena a Rafael por sus éxitos y desde luego me sumo a su idea de construir una cultura formalmente informal.

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